domingo, 6 de diciembre de 2009

Salmo 23


  El Señor es mi pastor, nada me falta.
  En prados de hierba fresca me hace reposar,
 me conduce junto a fuentes tranquilas
  y repara mis fuerzas.
  Me guía por el camino justo,
  haciendo honor a Su Nombre.
  Aunque pase por un valle tenebroso,
  ningún mal temeré,
  porque Tú estás conmigo.
  Tu vara y tu cayado me dan seguridad.
  Me preparas un banquete
  en presencia de mis enemigos,
  perfumas con ungüento mi cabeza
  y mi copa rebosa.
  Tu amor y tu bondad me acompañan
  todos los días de mi vida;
  y habitaré en la casa del Señor
  por años sin término.

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