viernes, 20 de abril de 2012

ACERCA DE LOS HIJOS / Khalil Gibran



Y una mujer que sostenía un bebé contra su pecho dijo, Háblanos de los Hijos.
Y el contestó:
Vuestros hijos no son vuestros hijos.
Son los hijos y las hijas de la Vida que trata de llenarse a si misma
Vienen a través de vosotros, pero no de vosotros.
Y aunque están con vosotros, no os pertenecen.
Les podeís dar vuestro amor, pero no vuestros pensamientos.
Porque ellos tienen sus propios pensamientos.
Podéis albergar sus cuerpos, pero no sus almas,
Pues sus almas habitan en la casa del mañana, que ningún ser puede visitar, ni tan siquiera en los sueños.
Podeís anhelar ser como ellos, pero no lucheís para hacerlos como vosotros.
Porque la vida no marcha hacia atrás y no se mueve con el ayer.
Vosotros sois los arcos desde los que vuestros hijos, como flechas vivientes son lanzados a la Vida.
El Gran Arquero ve la diana en el camino del infinito, y la dobla con Su poder y sus flechas pueden ir rápidas y lejos.
Abandonaos a las manos del Arquero. Será para Bien.
Él, además de amar la flecha que vuela, ama el arco que es estable. 
                                                                                               Khalil Gibran

        Khalil Gibran es un maravilloso poeta, místico y artista que nació en Líbano en 1883. Se afincó en Estados Unidos y su vida transitó entre su amor por la cultura árabe y la influencia de pensadores occidentales.
Su obra maestra es "El Profeta" y se convirtió en un icono del despertar de la juventud de los años 60, junto con el célebre "Sidharta", de Herman Hesse. De repente la mente sensible y tierna de los jóvenes se vieron desbordados por sentimientos de espiritualidad oriental, satisfaciendo de alguna manera su necesidad de "rebeldía" frente a la rigidez y la abulia de las religiones costumbristas. Hemos elegido un capítulo del libro, en el que "El Profeta", lleno de amor hacia sus semejantes desgrana su alma ante las preguntas que una vidente llamada Almitra le hace antes de partir. Texto para meditar, recuperar nuestro recuerdo de hijo adolescente necesitado de libertad y amor, y mirar hacia nuestros corazones de padres deseosos de entregar esa libertad y ese amor a nuestros hijos.
Khalil Gibran era un consumado artista plástico, que ilustraba sus obras. Este cuadro pertenece al propio libro. 
 
Este texto ha sido extraído del blog de R.C.A. Bilbao 2005