domingo, 6 de diciembre de 2009

Ítaca - Konstantino Kavafis

Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca ruega que sea largo el camino, lleno de aventuras, lleno de experiencias.
 A los Lestrigones, a los Cíclopes o al fiero Poseidón, nunca temas. No encontrarás trabas en el camino si se mantiene elevado tu pensamiento y es exquisita la emoción que toca el espíritu y el cuerpo. Ni a los Lestrigones, ni a los Cíclopes, ni al feroz Poseidón has de encontrar, si no los llevas dentro del corazón, si no los pone ante ti tu corazón. 
Ruega que sea largo el camino. Que muchas sean las mañanas de verano en que - ¡con qué placer! ¡con qué alegría! - entres en puertos nunca antes vistos. 
 Ve a muchas ciudades egipcias para que aprendas y aprendas de los sabios. Siempre en la mente has de tener a Ítaca. Llegar allá es tu destino. Pero no apresures el viaje. Es mejor que dure muchos años y que ya viejo llegues a la isla, rico de todo lo que hayas guardado en el camino sin esperar que Ítaca te de riquezas. Ítaca te ha dado el bello viaje. Sin ella no habrías aprendido el camino. No tiene otra cosa que darte ya. Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado sabio como te has vuelto con tantas experiencias, habrás comprendido lo que significan las Ítacas. 
 1911, Konstantino Kavafis

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